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Esta es una pequeña exposición sobre la constante relación que el mundo moderno lleva con las enfermedades mentales, dado el lento reconocimiento que se les ha venido dando después de que la Tecnología nos abandonara por demasiado tiempo con nosotros mismos.
Más específicamente en un sistema donde las relaciones y los desbalances químicos de nuestro cerebro nos han llevado a darnos cuenta de que vemos más allá del abismo y este a comenzado a devolvernos la mirada.

Trato de respirar pero mis pulmones no responden, las lagrimas se deslizan por mis mejillas y las ponen pegajosas. Quiero gritar pero es imposible ¿Acaso voy a morir? ¡No quiero morir! ¿o tal vez sí? creo que realmente no lo se. Solo quiero que esta sensación se acabe de una vez, mi corazón esta muriendo fuera de mi cuerpo y no hablo de una metáfora, sino de las arañas que se lo llevan fuera de mi. me salen de la boca, bajo las uñas y por los ojos ¿voy a morir?

¡El espejo! quisiera romperlo, siento como si mi cuerpo se estuviera expandiendo, derritiéndose, desbordándose sobre si mismo y solo pienso en tomar toda esa carne y arrancarla, cortarla. Quiero deshacerme de ella ¿por que no para de llenarse de grasa? me siento asquerosa, enferma, siento como si mi cara se desparramara y quiero vomitar. Ni siquiera quiero ser delgada, me grito en el reflejo, solo no quiero sentir que mi cuerpo quiere asesinarme, probablemente porque yo he intentado matarlo, probablemente por que he deslizado la cuchilla por el más de una vez. Pero si no fuera tan infinitamente monstruoso yo no lo haría, lo prometo, no lo haría más. Me ruje el estomago como si tuviera vida propia, desearía un postre mientras la gente a mi alrededor se babea como si el pastel fuera yo misma, pero no puedo, por que al final voy a vomitarlo de todas formas

Gritos y se rompe la vajilla pero el es la colección de porcelana. No queda mucho que remendar pero aun así ella se sigue ofreciendo como alfiletero. Están encadenados, victima y victimario vistos como un reflejo de lo mismo. Sus ojos ya no alcanzan para las lagrimas y deben sellarse, al menos la indiferencia será una herramienta útil para la supervivencia, mejor coserlos con botones, en tonos tierra de preferencia para así poder obviar las banderas rojas. Las amígdalas están hartas de gritar, pero el cuerpo es un obseso del control así que se disfrazaran las amenazas en gestos sutiles y miradas de reproche, no para de reforzar la coraza pero de sus grietas un denso alquitrán gorgotea impaciente por salir de una buena vez. Encadenados, victima y victimario, muñecos del pasado en cuyo material se refleja el daño

Quien te juzga desde el espejo no es otra cosa más que un reflejo consiente, consiente del sin sentido de mantenerse con vida rodeado de privilegios en un teatro constante, ni siquiera se necesita demasiado para que de fuera se sienta como un todo completo, tal vez lo sea, pero sigue siento un sin sentido. Constante respiración y las lagrimas se deslizan, no hiperventilas, pronto todo va a acabarse

Drenar la sangre para el alma envenenada, las lagrimas no son suficientes. Cuchillas de sacapuntas, maquinas de afeitar o tijeras cualquiera será buena. Agua fría para adormecer la sensación y gazas con cinta cercanas mara detener el sangrado. No son ganas de morir, no, No con los cortes al menos, pues el corazón se detendrá en medio de un ataque de pánico primero o los atracones nos dejaran en el piso del baño al lado de la tasa en cualquier momento. No, los cortes en realidad nos mantienen viva, distraen el dolor, drenan el veneno, son necesarios. Hay que comenzar, desencaja la cuchilla y abre la ducha, pon el filo sobre la piel, donde la ropa cubra mejor esta bien y desgarra. Puedes ir profundo no tengas miedo, no vas a morir aquí, esto es solo algo necesario, esto va a ayudarte a sentirte mejor, solo será un momento. Desgarra, hasta que el veneno salga y las lagrimas se dentengan, desgarra y estarás bien, puedes volver mañana y hacerlo otra vez